sábado, 10 de noviembre de 2012

Matrix

Ficha técnica y artística de Matrix

Título: Matrix.

Título original: The Matrix.

Dirección: The Wachowski Brothers.
País: Estados Unidos, Australia.

Año: 1999.

Duración: 136 min.

Género: Thriller, Aventuras, Acción, Ciencia ficción.

Reparto: Keanu Reeves, Laurence Fishburne, Carrie-Anne Moss, Hugo Weaving, Gloria Foster, Joe Pantoliano, Marcus Chong, Julian Arahanga, Matt Doran, Belinda McClory, Anthony Ray Parker, Paul Goddard, Robert Taylor, David Aston, Marc Aden, Ada Nicodemou, Denni Gordon, Rowan Witt, Eleanor Witt, Janaya Pender, Adryn White, Natalie Tjen, Bill Young, Jeremy Ball, Fiona Johnson, Harry Lawrence, Steve Dodd, Luke Quinton, Lawrence Woodward, Michael Butcher, Bernard Ledger, Robert Simper, Chris Scott, Nigel Harbach.

Distribuidora: Warner Sogefilms S.A.

Productora: Warner Bros. Pictures, Silver Pictures, Village Roadshow Pictures, Groucho II Film Partnership.

Presupuesto: 63.000.000,00 $ = 48.375.936,00 €.


Sinopsis

Un programador pirata recibe un día una misteriosa visita... Nada más se debe contar de la sinopsis de Matrix. Es más, si todavía no la ha visto, no deje que nadie le cuente qué es Matrix. Porque gran parte del éxito mundial de esta fascinante y entretenidísima película se basa en su original guión, asombrosa idea producto de la era tecnológica en la que vivimos. Si a ello le unimos su revolucionaria estética -con espectaculares y trepidantes escenas de acción nunca vistas en el género-, tendremos el porqué de la consagración de esta deslumbrante cinta fantástica como el mayor film de culto de final de siglo. Puede que en unos años quede obsoleta, pero para entonces ya nada nos hará olvidar el día que descubrimos qué es Matrix.... y a aquella Carrie-Anne Moss embutida en cuero, auténtico hielo -que de frío quema-, la más sexy heroína de estos tiempos cibernéticos.



Relación de Matrix con el mito de la caverna

En el Mito de la Caverna de Platón, un grupo de personas viven en el interior de una caverna atados de pies y manos y mirando siempre al mismo punto, donde se proyectan las sombras de lo que ocurre en el exterior de la caverna. Cuando una de estas personas consigue soltarse de sus encadenamientos, sale al exterior. Allí, descubre cual es la verdadera realidad. Luego vuelve a bajar a la caverna e intenta convencer a los demás de cual es la verdadera realidad, pero estos no le creen y continuan viviendo su particular realidad.
En Matrix, la humanidad vive en una realidad inventada. Ellos no saben que están viviendo una realidad inventada, por tanto, no conocen la verdadera realidad. Viven atrapados en cápsulas a las que están unidos por una especie de cables, estas hacen que sus mentes piensen que lo que están viviendo es la realidad.





El mito de Prometeo

Era un tiempo en el que existían los dioses, pero no las especies mortales. Cuando a éstas les llegó, marcado por el destino, el tiempo de la génesis, los dioses las modelaron en las entrañas de la tierra, mezclando tierra, fuego y cuantas materias se combinan con fuego y tierra. Cuando se disponían a sacarlas a la luz, mandaron a Prometeo y Epimeteo que las revistiesen de facultades distribuyéndolas convenientemente entre ellas. Epimeteo pidió a Prometeo que le permitiese a él hacer la distribución "Una vez que yo haya hecho la distribución, dijo, tú la supervisas ". Con este permiso comienza a distribuir. Al distribuir, a unos les proporcionaba fuerza, pero no rapidez, en tanto que revestía de rapidez a otros más débiles. Dotaba de armas a unas, en tanto que para aquellas, a las que daba una naturaleza inerme, ideaba otra facultad para su salvación. A las que daba un cuerpo pequeño, les dotaba de alas para huir o de escondrijos para guarnecerse, en tanto que a las que daba un cuerpo grande, precisamente mediante él, las salvaba.
De este modo equitativo iba distribuyendo las restantes facultades. Y las ideaba tomando la precaución de que ninguna especie fuese aniquilada. Cuando les suministró los medios para evitar las destrucciones mutuas, ideó defensas contra el rigor de las estaciones enviadas por Zeus: las cubrió con pelo espeso y piel gruesa, aptos para protegerse del frío invernal y del calor ardiente, y, además, para que cuando fueran a acostarse, les sirviera de abrigo natural y adecuado a cada cual. A algunas les puso en los pies cascos y a otras piel gruesa sin sangre. Después de esto, suministró alimentos distintos a cada una: a una hierbas de la tierra; a otras, frutos de los árboles; y a otras raíces. Y hubo especies a las que permitió alimentarse con la carne de otros animales. Concedió a aquellas descendencia, y a éstos, devorados por aquéllas, gran fecundidad; procurando, así, salvar la especie.</

Pero como Epimeteo no era del todo sabio, gastó, sin darse cuenta, todas las facultades en los brutos. Pero quedaba aún sin equipar la especie humana y no sabía qué hacer. Hallándose en ese trance, llega Prometeo para supervisar la distribución. Ve a todos los animales armoniosamente equipados y al hombre, en cambio, desnudo, sin calzado, sin abrigo e inerme. Y ya era inminente el día señalado por el destino en el que el hombre debía salir de la tierra a la luz. Ante la imposibilidad de encontrar un medio de salvación para el hombre. Prometeo roba a Hefesto y a Atenea la sabiduría de las artes junto con el fuego (ya que sin el fuego era imposible que aquella fuese adquirida por nadie o resultase útil) y se la ofrece, así, como regalo al hombre. Con ella recibió el hombre la sabiduría para conservar la vida, pero no recibió la sabiduría política, porque estaba en poder de Zeus y a Prometeo no le estaba permitido acceder a la mansión de Zeus, en la acrópolis, a cuya entrada había dos guardianes terribles. Pero entró furtivamente al taller común de Atenea y Hefesto en el que practicaban juntos sus artes y, robando el arte del fuego de Hefesto y las demás de Atenea, se las dio al hombre. Y, debido a esto, el hombre adquiere los recursos necesarios para la vida, pero sobre Prometeo, por culpa de Epimeteo, recayó luego, según se cuenta, el castigo del robo.
El hombre, una vez que participó de una porción divina, fue el único de los animales que, a causa de este parentesco divino, primeramente reconoció a los dioses y comenzó a erigir altares e imágenes a los dioses. Luego, adquirió rápidamente el arte de articular sonidos vocales y nombres, e inventó viviendas, vestidos, calzado, abrigos, alimentos de la tierra. Equipados de este modo, los hombres vivían al principio dispersos y no en ciudades, siendo, así, aniquilados por las fieras, al ser en todo más débiles que ellas. El arte que profesaban constituía un medio, adecuado para alimentarse, pero insuficiente para la guerra contra las fieras, porque no poseían el arte de la política, del que el de la guerra es una parte. Buscaban la forma de reunirse y salvarse construyendo ciudades, pero, una vez reunidos, se ultrajaban entre sí por no poseer el arte de la política, de modo que al dispersarse de nuevo, perecían. Entonces Zeus, temiendo que nuestra especie quedase exterminada por completo, envió a Hermes para que llevase a los hombres el pudor y la justicia, a fin de que rigiesen en las ciudades la armonía y los lazos comunes de amistad. Preguntó, entonces, Hermes a Zeus la forma de repartir la justicia y el pudor entre los hombres: "¿Las distribuyo como fueron distribuidas las demás artes?".

Pues éstas fueron distribuidas así: Con un solo hombre que posea el arte de la medicina, basta para tratar a muchos, legos en la materia; y lo mismo ocurre con los demás profesionales. ¿Reparto así la justicia y el poder entre los hombres, o bien las distribuyo entre todos?. "Entre todos, respondió Zeus; y que todos participen de ellas; porque si participan de ellas solo unos pocos, como ocurre con las demás artes, jamás habrá ciudades. Además, establecerás en mi nombre esta ley: Que todo aquel que sea incapaz de participar del pudor y de la justicia sea eliminado, como una peste, de la ciudad''.