Hoja volandera "Rashomon"
SINOPSIS PERSONAL
En un lugar llamado Rashomon y
cobijados de una tormenta, tres personajes: un sacerdote, un leñador
y un peregrino, comentan los acontecimientos surgidos tras la
violación de una mujer y el asesinato de un hombre en un bosque.
Los hechos girarán en torno a las
declaraciones efectuadas en la comisaría de policía por los
diversos testigos, inculpados e incluso la propia víctima del
homicidio, comentados por los personajes bajo la lluvia en la Puerta
de Rashomon.
Esta película se basa en dos distintas
historias pero del mismo autor. La primera se titula "La puerta
de Rashomon", de la que se toma tanto la puerta y su atmósfera
como la discusión mora. La segunda se titula "En el bosque",
de la que toma la historia de la mujer violada y el marido asesinado,
y a grandes rasgos la estructura en que se narra conjugando
versiones.
En la sorprendente explicación del
mismo hecho por parte de diversos interlocutores, el espectador, en
la primera parte, toma el punto de vista del juez que sigue el caso.
En la segunda el reflejo estará en el viajero que busca refugio y
descanso en las puertas de Rashomon. Si antes el “oyente” es
neutro, ahora es un ser real.
En la comisaría los personajes que
cuentan la historia se colocan frente a quien interroga (alguien al
que nunca vemos) de forma que sus palabras se relaten a alguien que
está fuera de campo, más allá de la pantalla, es decir al propio
espectador.
Al final una cuarta confesión: la del
leñador que quizás sea una vuelta más a una historia sin verdad.
FICHA TÉCNICA Y ARTÍSTICA
Título: Rashômon
Título original: Rashômon
Dirección: Akira Kurosawa
País: Japón
Año: 1950
Duración: 88 min.
Género: Criminal, Drama, Intriga
Reparto: Toshirô Mifune, Machiko Kyô, Masayuki Mori, Takashi Shimura, Minoru Chiaki, Kichijiro Ueda, Fumiko Honma, Daisuke Katô
Distribuidora: Los Films del Búho
Productora: Daiei Studios
Dirección: Akira Kurosawa
Diseño de producción: So Matsuyama
Fotografía: Kazuo Miyagawa
Guión: Akira Kurosawa, Shinobu Hashimoto
Montaje: Akira Kurosawa
Música: Fumio Hayasaka
Producción ejecutiva: Masaichi Nagata
BIOFILMOGRAFÍA
-‘El perro rabioso’ (‘Nora inu’, 1949)
-‘Rashômon’ (1950)
-‘Vivir’ (‘Ikiru’, 1952)
-‘Los siete samuráis’ (‘Shichinin no samurai’, 1954)
-‘Trono de sangre’ (‘Kumonosu-jô’, 1957)
-‘La fortaleza escondida’ (‘Kakushi-toride no san-akunin’, 1958)
-‘Yojimbo’ (1961)
-‘El infierno del odio’ (‘Tengoku to jigoku’, 1963)
-‘Barbarroja’ (‘Akahige’, 1965)
-‘Dersu Uzala, el cazador’ (‘Dersu Uzala’, 1975)
CRITICA DE LA PELICULA
Algunos críticos ha caracterizada por
su utilización de los flashbacks y por una pesimista visión de la
condición humana, creadora de un mundo de desconfianza y egoísmo en
búsqueda constante de redención.
Con la última mirada objetiva vamos
perfilando como los flashbacks contradictorios confeccionados desde
las diferentes perspectivas de los protagonistas principales de los
hechos acaecidos están desarrollados bajo posiciones emocionales
como el odio y resentimiento, la fortaleza supuesta a una condición
y el sentimiento de culpa y/o sumisión.
Algunos críticos han dicho que
Rashomon es una sinfonía de vista, sonido, luz y sombra, en
celuloide. Su rara combinación de belleza y absorbente drama
convierte a la obra en algo similar a un juego de ajedrez, ya que nos
induce a analizar el comportamiento humano y su lógica. Se deja a la
audiencia decidir cuál de los relatos cuenta la verdad, o si cuentan
alguna verdad.
Como toda obra maestra, Rashomon se
mantiene actual, antigua y moderna a la vez. Y siempre puede
interpretarse de una manera nueva.
EL PROBLEMA DE LA VERDAD
Kurosawa, por si faltara más,
filosófico. "Un mal peor que las pestes y la guerra", dice
el sacerdote desesperanzado. Un error pequeño puede tener
consecuencias devastadoras en la vida del hombre, pues vivimos de
acuedo con lo que creemos verdadero y bueno. Pero descubrir la verdad
puede ser muy difícil, tanto que nos lleva a caer en el relativismo,
escepticismo y nos hace perder la "fe en la humanidad". Y
uno de los mayores obstáculos para descubrir la verdad somos
nosotros mismos, porque nuestras creencias, egoísmos y prejuicios
alteran la percepción que tenemos de las cosas, cómo las vivimos y
recordamos. La verdad queda enmarañada detrás de relatos confusos y
contradictorios que dicen más de la persona que los cuenta que del
cuento mismo. Kurosawa pinta genialmente que el camino hacia la
verdad puede ser tan enredado como el bosque en el que ocurren los
hechos. Nos agota ver la marcha de los personajes por una jungla
intransitable. Pero mucho más frustrante y agotador es tratar de
develar el misterio del asesinato.