La realidad
Apariencia o realidad
La confusión entre lo que es y lo que
parece ser es muy frecuente en nuestra vida cotidiana: a menudo nos
quedamos perplejos ante algo que nos parecía real y que descubrimos
como pura apariencia. Podemos entender que se define la realidad
poniéndola en contraposición a la apariencia, pero sabemos que esto
es insuficiente.
De manera resumida podemos decir que la
apariencia ha sido concebida de tres formas:
* Como el ser real de las cosas, en
cuanto que éstas se identifican con los aspectos que ofrecen.
* Como ocultación del ser de las
cosas, pues tal ser está más allá de lo que las cosas parecen.
* Como el camino para llegar a
descubrir el ser real de las cosas, pues sólo a través de los
aspectos de las mismas podemos alcanzar su auténtico ser.
El realismo mantiene que hay un mundo
de objetos físicos que existe aunque no se
esté percibiendo, y que es ese mundo
físico el que causa las percepciones que de él
tenemos.
La postura realista es la postura
comúnmente más extendida. Y lo es porque al
adoptarla es posible aclarar una serie
de sucesos.
Primero el por qué distintas personas
coinciden en afirmar que perciben las mismas
cosas, aunque cada una de ellas tenga
sus propias representaciones mentales.
También se explica el hecho de que,
además de existir un grupo de representaciones
mentales —denominado fantasías—
cuyo contenido depende de la voluntad de la
persona que las tiene, exista otro
grupo distinto —denominado percepciones— cuyos
contenidos no dependen de la voluntad
del sujeto.
Por último el realismo también
explicaría por qué la percepción muestra la aparente
persistencia en el tiempo de los
objetos y la continuidad de los procesos.
Es decir, la mayoría de los objetos
que se perciben parecen mantenerse en el tiempo
aunque no se estén continuamente
percibiendo.
Eso quedaría adecuadamente explicado
si suponemos que el objeto percibido
permanece similar porque existe con
independencia de que yo lo perciba o deje de
percibir; es decir, que existe de modo
independiente a mi percepción.
Lo mismo para los procesos. En un
proceso lo que vemos es una secuencia de actos
que están produciendo un cambio. Y la
percepción discontinua del proceso nos muestra secuencias que
parecen ordenadas y sincronizadas con el transcurrir en el
tiempo del proceso.
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