sábado, 8 de diciembre de 2012

La realidad


Apariencia o realidad



La confusión entre lo que es y lo que parece ser es muy frecuente en nuestra vida cotidiana: a menudo nos quedamos perplejos ante algo que nos parecía real y que descubrimos como pura apariencia. Podemos entender que se define la realidad poniéndola en contraposición a la apariencia, pero sabemos que esto es insuficiente.

De manera resumida podemos decir que la apariencia ha sido concebida de tres formas:

* Como el ser real de las cosas, en cuanto que éstas se identifican con los aspectos que ofrecen.

* Como ocultación del ser de las cosas, pues tal ser está más allá de lo que las cosas parecen.

* Como el camino para llegar a descubrir el ser real de las cosas, pues sólo a través de los aspectos de las mismas podemos alcanzar su auténtico ser.


El realismo mantiene que hay un mundo de objetos físicos que existe aunque no se
esté percibiendo, y que es ese mundo físico el que causa las percepciones que de él
tenemos.
La postura realista es la postura comúnmente más extendida. Y lo es porque al
adoptarla es posible aclarar una serie de sucesos.
Primero el por qué distintas personas coinciden en afirmar que perciben las mismas
cosas, aunque cada una de ellas tenga sus propias representaciones mentales.
También se explica el hecho de que, además de existir un grupo de representaciones
mentales —denominado fantasías— cuyo contenido depende de la voluntad de la
persona que las tiene, exista otro grupo distinto —denominado percepciones— cuyos
contenidos no dependen de la voluntad del sujeto.
Por último el realismo también explicaría por qué la percepción muestra la aparente
persistencia en el tiempo de los objetos y la continuidad de los procesos.
Es decir, la mayoría de los objetos que se perciben parecen mantenerse en el tiempo
aunque no se estén continuamente percibiendo.
Eso quedaría adecuadamente explicado si suponemos que el objeto percibido
permanece similar porque existe con independencia de que yo lo perciba o deje de
percibir; es decir, que existe de modo independiente a mi percepción.
Lo mismo para los procesos. En un proceso lo que vemos es una secuencia de actos
que están produciendo un cambio. Y la percepción discontinua del proceso nos muestra secuencias que parecen ordenadas y sincronizadas con el transcurrir en el
tiempo del proceso.

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